Muchos niños pobres y huérfanos en Landres sobrevivieron al unirse a las pandillas de carteristas controladas por criminales adultos. A principios del siglo 19 , los delincuentes niños en Gran Bretaña eran castigados de la misma manera que los adultos. Fueron enviados a prisiones para adultos, transportados colonias penales de la época en Australia, azotados y sentenciados a muerte por delitos como hurto.
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